Cuarto Milenio: La noche de las profecías

La noche de las profecías es el 8º programa especial de Cuarto Milenio, emitido el 1 de Enero de 2009 durante la 4ª temporada. Se habla sobre las profecías más célebres: Las de San Malaquías, los Mayas, el 666, Parravicini o Nostradamus. ¡Analicémoslo!

El especial de Cuarto Milenio: La noche de las profecías

El 1 de Enero de 2009 CUATRO emitió el especial de Iker Jiménez. La nave del misterio se centró en las grandes profecías de todos los tiempos. Se trata de personas con una clarividencia especial capaces de tener visiones sobre el futuro. Muchas de estas revelaciones corresponden a incidentes que cambiaron el curso de la historia, pero otros todavía están por cumplirse y nos dejan ver un horror palpable. Seas creyente o no habrás escuchado estas profecías, que más o menos te inquietarán.

Entre debates, narraciones o señales Cuarto Milenio nos adentró en La noche de las profecías, con su característica ambientación misteriosa, el semblante serio de Iker Jiménez y colaboradores apasionados que nos exponen sus convicciones. Tanto el imperio de Napoleón, la Guerra Fría, la Segunda Guerra Civil, las bombas atómicas, la muerte de Juan Pablo I, el 11S, la Guerra Civil española… todos estos sucesos y más fueron descritos con detalle antes de que se produjeran, como un eco del destino que desgarra el tejido del universo para avisarnos del desastre. El llanto de un ángel, que al ver el horror su tristeza trasciende a los tiempos. El reflejo de un destino, que ya ha establecido nuestro rumbo, como si se tratara de un guión ya escrito.

Y es que escuchar estas profecías inquieta. No importa si entiendes del tema o no, pero un halo de misterio se apodera de ti. ¿Qué verdad hay en ellas? Algunas se han cumplido, otras no, pero como las que están por venir son tan terroríficas nuestra mente no puede concebir el hecho de que haya una mínima posibilidad de que se cumplan. Y sólo nos queda temblar, porque no está en la mano del hombre impedir el curso del destino, ni aun cuando sea él mismo quien lo provoca. Lo que está dictado por una fuerza divina, se escapa tanto a nuestra comprensión, que sólo nos queda contener el aliento esperando que no suceda… tal vez lo inevitable. ¿Llegará el fin del mundo? Sólo Dios lo sabe.

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