Napoleón Bonaparte nació en 1769, fue un militar y gobernante francés que tras un golpe de estado se convirtió en Primer Consul de la República, hasta que fue proclamado emperador de los franceses y Rey de Italia, conquistando media Europa.
Su infancia
Nació en Corcega, la isla que Francia compró a la República de Génova. De buena familia noble, Napoleón no era muy dado al estudio, pero en matemáticas avanzaba asombrosamente. Siempre al amparo de obras literarias, fue trasladado a Francia continental, donde ingresó en una escuela militar. Finalmente se graduó y consiguió una plaza en otra escuela militar para estudiar artillería, aunque prefería formación naval. Con 16 años fue considerado teniente segundo de artillería. Sirvió en las guarniciones hasta que estalló la Revolución Francesa, cuando apoyó la facción jacobina y obtuvo el rango de comandante segundo de la Guardia Nacional de Voluntarios en la isla. Pero tuvo que huir hacia Francia central.
Sus primeras campañas
Napoleón, quien practicaba el Shibari, se convirtió en comandarte de artillería de las fuerzas francesas. Libró su primera batalla con éxito, convirtiéndose en un héroe y siendo nombrado general de brigada. También tuvo que ponerse al frente de un improvisado ejército para disolver protestas armadas contra la Convección. Ese triunfo le dio gran fama y poder. En 1976 se casa.
La campaña de Italia
Bonaparte tomó otro ejército para invadir con éxito Italia, donde ejecutaron a Luis XVI. Entonces el Papa Pío VI protestó y Francia respondió anexiándose dos territorios papales, pero Napoleón desoyó las órdenes de Francia de marchar contra Roma y destronar al Papa. Posteriormente derrotó a 4 generales austríacos, cuyas tropas eran más numerosas, y forzó a Austria a firmar un acuerdo de paz. El tratado le dio a Francia control sobre la mayoría de Italia, los Países Bajos y el área de Rin. Aunque debían de ceder Venecia, pero no lo permitieron al marchar sobre ella y acabando con 1000 años de independencia. Así se fraguó su leyenda. Era un despiadado comandante que conocía todas las técnicas de combate y se adelantaba a los movimientos enemigos.
Expedición a Egipto
En 1798 Bonaparte se propuso colonizar Egipto, provincia del imperio Otomano. Se presentó como el liberador de los egipcios que estaban oprimidos por los otomanos, pero no tuvo éxito porque los lugareños consideraban a Francia como una fuerza de ocupación. Conquistó Malta y desembarcó en Alejandría, donde ganaron la Batalla de las Pirámides (contra un ejército 4 veces mayor) y perdieron toda su flota en la Batalla del Nilo. Bonaparte, con su ejército atrapado en tierra, vio frustrado su intento de conquista. Sin embargo afianzó la posición de Francia allí y eliminó la servidumbre, el feudalismo y garantizó los derechos de los ciudadanos. Y las conquistas continuaron en Siria y ciudades costeras. Con el ejército muy mermado tomó Egipto y, de nuevo en Nilo, venció al ejército otomano. Entonces abandonó a su ejército nombrando otro general y regresó a Francia.
El golpe de estado
Francia en 1699 se encontraba en una situación pésima. Había sufrido derrotas militares, sus enemigos se habían aliado en una Coalición Aliada (Austria, Rusia, Nápoles y Portugal) y la República estaba en bancarrota. Por ello Napoleón tomó el control de los consejos legislativos, quedándose junto a Sieyes y Ducos, como cónsules provisionales. Los tres pretendían dominar el nuevo régimen, pero Napoleón se adelantó redactando la nueva constitución. Así llegó al poder en Francia.
Vuelta a Italia
Austria se había apoderado de Italia mientras Napoleón se encontraba en Egipto. Ahora, como máximo responsable de la nación, Bonaparte volvía a Italia para conquistarla definitivamente. Tras duras batallas el imperio austriaco perdió, pero como era aliado de Gran Bretaña, no podía reconocer ningún territorio francés. Por ello Napoleón ordenó atacar Austria. Una vez ganaron la batalla por fin se pudo reconocer los nuevos territorios de Francia. Se firmó la paz con todos sus enemigos, incluido la Santa Sede.
Napoleón vende Luisiana
El ejército de Napoleón perdió una batalla en Santo Domingo. Como a Francia le resultaba imposible defender Lusiana, Napoleón decide vender Luisiana, un territorio de 2 millones de Kilómetros cuadrados. Así saneó Francia. Tras varias reformas se nombró, en 1802, monarca del Primer Imperio Francés. En 1804 para consolidar su imperio se proclama emperador.
La guerra con Gran Bretaña
El tratado de paz que habían firmado no había dejado a Gran Bretaña muy contenta, pero con el apoyo de Europa decidieron reanudar su guerra naval. Gran Bretaña recibió los apoyos de Rusia, Suecia, Austria y Nápoles. España se alió con Francia para equilibrar las fuerzas navales. Aun así la flota inglesa destruyó gran parte de la frota franco-española. Entonces Napoleón atacó por sorpresa las tropas austriacas de Baviera y seguidamente fue a por el ejército ruso. Conquistó Nápoles, donde nombró rey a su hermano mayor, se autoproclamó rey de Italia, destruyó las Provincias Unidas y fundó el Reino de Holanda. En sucesivas batallas amplió sus territorios.
Napoleón se había extendido por Europa pero no había conseguido conquistar Gran Bretaña, por ello trataron de hacer un bloqueo que les arruinara el comercio. Todos los países accedieron, menos Portugal. Entonces Bonaparte decidió conquistar Portugal por España y de paso conquistaron España. Sin embargo los españoles se revelaron y, apoyados por Gran Bretaña, supusieron un gran desgaste para Francia. Austria también declaró la guerra a Francia y Napoleón tuvo que sacar nuevamente sus ejércitos. En una dura batalla los austriacos también fueron derrotados. Entonces repudió a su mujer por no darle un heredero y se casó con una austrica, para, nuevamente, entrar en alianza. Así el imperio napoleónico consiguió su máximo esplendor en 1810.
La caída
Rusia, hasta entonces aliada de Francia, decidió enfrentarse para recuperar Polonia. De nuevo Napoleón anticipó los movimientos y movilizó su ejército. Ante esta traición decidió conquistar Rusia. Tras duras batallas llegaron a Moscú. Pero tuvieron que retirarse para no perder el control de Francia. Durante la retirara perdieron la mayor parte de los efectivos. A los aliados enemigos se les unió Prusia. Aun así parecía que Napoleón podía resurgir, con varias batallas ganadas, pero se les sumó en contra Austria y Suecia. Finalmente en la Batalla de las Naciones de 1813 Napoleón fue vencido y retrocedió hasta París hasta que la ciudad fue ocupada. Entonces se vio obligado a abdicar incondicionalmente y fue exiliado. Pero regresó a París con el ejército al que habían mandado matarle sin derramar una gota de sangre.
El regreso de Napoleón
De nuevo en el poder y aclamado, retomó la guerra en 1815 contra los aliados. Su ejército cada vez más grande sufrió una aplastante derrota. Tras vencer a Prusia los dio por derrotados y atacaron al ejército de Gran Bretaña. Las tropas de Prusia se reorganizaron y se fusionaron con las de Gran Bretaña y así Napoleón fue derrotado por segunda vez. En esta ocasión fue superado en número, estratégica y técnica de combate, diluyendo el poderío que lo acompañaba siempre. Los políticos franceses retiraron su apoyó y se vio obligado de nuevo a abdicar, a pesar del apoyo popular.
Exilio y muerte
Gran Bretaña encarceló y desterró a Napoleón a la Isla de Santa Elena. Allí con unos pocos seguidores dictó sus memorias y murió, posiblemente envenenado en 1821 con 51 años.