En contra de lo que pudiera creerse, la elección de viajar en tren como medio de transporte no está tan vinculada al “miedo a volar”. Hay una cierta tendencia a creer que, dado que los precios de vuelos nacionales son a día de hoy tan asequibles, quien no viaja en avión lo hace por temor.
Aunque es indudable que entre quienes eligen otros medios alternativos habrá un porcentaje que lo haga por esta razón, la elección del tren está más vinculada a la experiencia en si que a cualquier otro tipo de factores.
Viajar en tren es hacerlo en un medio seguro y que además permite disfrutar del trayecto. El tren da la oportunidad de disfrutar del paisaje, de moverte libremente entre vagones, o de disfrutar relajadamente de una película.
Permite iniciar una conversación con el compañero de asiento, leer o echar una cabezada recostado en el cristal.
También, en trenes que están dotados con un vagón bar, se puede comer o beber algo y socializar, y en trenes litera, es posible pasar la noche durmiendo cómodamente ahorrándote el coste de un hotel.
Como puede verse, el ferrocarril es un medio de transporte que permite vivir experiencias de muy distinto tipo, y esto es especialmente valorado por quienes consideran que el objetivo no es simplemente trasladarse de un punto a otro, sino hacerlo logrando al mismo tiempo, acumular recuerdos y momentos que te aporten algo.
Desde el momento en el que adquieres tus billetes de tren, estás dando inicio a una aventura en la que solo tú decides que quieres que suceda. En los trenes se han conocido parejas, pero también se han mantenido conversaciones inolvidables con extraños con los que no se ha vuelto a coincidir jamás.
Esa es la magia de viajar en tren y lo que hace que sea el medio de transporte favorito para tantas y tantas personas.