Desde que me enteré de lo que ocurrió el 26 de Abril de 1986 tengo miedo. Fue la noche del terror, oculta en el silencio, pero que se propagó por el mundo hasta contaminar medio planeta. Hablo sobre la catástrofe nuclear de Chernóbil.
Lo que ocurrió la noche que pudo ser el fin del mundo
Todos los que sepan lo que ocurrió, si son humanos, sentirán una angustia que invadirá con un intenso dolor en el corazón. Por eso, si todavía te acuestas por la noche feliz por haber completado un buen día, no sigas leyendo porque esto te marcará de por vida. Pero si no quieres ser un iluso feliz, continúa, pero prepárate para contener el aliento. Es la mayor catástrofe nuclear de la historia.
Para empezar contaré que Chernóbil, o Chernobyl, es una central nuclear situada en lo que es ahora Ucrania. Todos sabemos de los riesgos que tienen las centrales nucleares, pero no me voy a centrar en hacer una campaña sobre los riesgos de la energía nuclear, simplemente voy a hacer una pequeña exposición de lo que es. Se trata de una instalación industrial empleada para generar energía eléctrica, térmica y mecánica mediante reacciones atómicas. Consta de uno o más reactores. Cada reactor tiene su propio núcleo, un contenedor o vasija, un reflector alrededor del contenedor, un blindaje especial que absorbe la radioactividad y un circuito de refrigeración. Ahora bien, esto fue lo que ocurrió en la central nuclear de Chernóbil:
Esto fue lo que ocurrió en la catástrofe nuclear de Chernóbil. Pero vamos a hundirnos más en la historia. Los técnicos de la central nuclear de Chernóbyl decidieron hacer una prueba muy arriesgada y se les fue de las manos. Tuvo lugar una explosión que provocó la muerte de 31 operarios y cuya estela se elevó en el cielo pudiéndose ver por media Europa como una gigantesca estrella, de todos los colores, brillando en la eterna noche. La Unión Soviética mantuvo la ley del silencio, condenando a sus habitantes a la radiación.
Tras la explosión se abrió una brecha en el núcleo del reactor número 4, por donde escaparon partículas radioactivas. Durante los días posteriores tuvieron que evacuar a 116.000 personas y crear una zona 0 de 30 kilómetros alrededor de la central. Pero la contaminación no sólo afectó a los alrededores, sino que las nubes se cargaron de radiación que fue precipitada sobre más de 13 países de Europa.
Radiaciones expandiéndose por el mundo
Se vivió un auténtico terror. Las radiaciones seguían contaminando el mundo y tuvieron que convocar a un auténtico ejército (más de 600.000 entre soldados reclutados, mineros, voluntarios…), a los que llamaron liquidadores, para labores de descontaminación, contención y mitigación. Todas estas personas vivieron muy poco tiempo más o vivieron con graves enfermedades de salud. Fueron héroes olvidados, porque la brecha que dejaba el núcleo al descubierto se estaba calentando alarmantemente y, de haberse producido una segunda explosión fatal, habría dejado inhabitable a toda Europa. Pero todo ello quedó silenciado por los últimos vestigios de la Unión Soviética. Gorvachov no anunció el desastre hasta 18 días después y destruyó todos los documentos que hablaban sobre ello. Años después se han elaborado informes, pero tuvo que ser en el nuevo siglo. Cuarto Milenio también se sumó con su video La noche del fin del mundo. Una auténtica obra maestra.
La guerra contra el núcleo emergente
El trabajo se perpetuó en el tiempo. Los ucranianos y el mundo entero sólo pudieron celebrar la victoria hasta 7 meses después, cuando sellaron el sarcófago que contiene el núcleo, pero nadie tenía salud ni ánimo. Sin embargo, este contenedor que guarda el caos, que tantas vidas y tanto dolor provocó, sólo aguantará 30 años y no contiene toda la radiación. Después de este periodo habrá que volver a fabricar otro, con la consiguiente exposición a la radiación que sigue alrededor. El perímetro de 30 kilómetros sigue presente, y todos los que viven cerca sufren de contaminación. Es muy triste ver tantas enfermedades, malformaciones… así deberá ser 20.000 años más según algunos científicos.
Ciudades enteras tuvieron que ser abandonadas. Entre ellas, la mas conocida es la de Pripyat, de 49.000 habitantes, que se estableció para albergar los trabajadores de la central nuclear. Ahora, tras la catástrofe nuclear de Chernóbil, quedan como ciudades fantasmas que muchos aprovechan para hacer excursiones. Prueba de ello es esta película de 2012. Si no habéis tenido suficiente y queréis más, os invito a pasar auténtico terror en Atrapados en Chernóbil (o Chernobyl Diares).