El príncipe de Bel Air

El príncipe de Bel Air es una serie de comedia estadounidense, que estuvo rodándose de 1990 a 1996 y en la actualidad se sigue emitiéndose en Neox a las 10:10 de la mañana. La principal atracción de la serie es su protagonista: Will Smith.

Argumento

Un chico de Filadelfia, Will Smith (el propio Will Smith se interpreta a sí mismo), se va a vivir con sus tíos ricos de Bel Air, Los Ángeles. Allí deberá convivir con su tío Phill (James Avery), su tía Vivian (Janet Hubert-Whitten), sus cuatro primos: Hillary (Karyn Parsons), Carlton (Alfonso Ribero), Ashley (Tatyana Ali) y Nicky (Ross Bagley), junto al mayordomo Jeffrey (Joseph Marceli). Un chico de barrio, pobre y rapero deberá adaptarse a su nueva vida.

Mi opinión

La vi cuando era pequeño y me fascinó. Aun a día de hoy, cuando revivo las escenas, me doy cuenta de que esta serie tiene algo que gusta. Puede que sea porque los acontecimientos que ocurren pueden darse en la vida real. Por otro lado me encanta las bromas que hace Will sobre su primo Carlton. A destacar está que muchas personas ricas no tienen por qué ser inteligentes, como ocurre con Hillary. Además el mayordomo da mucho juego con sus comentarios sobre Phill. En definitiva, una buena serie para verla, reír y pasar un buen rato. Y la mejor oportunidad para ver a Will Smith en sus inicios.

El príncipe de Bel Air

La crítica

Se trata de una serie mítica de negros (o la única) que trata temas como racismo, drogas, instituto… todo ello con humor fresco del bueno. Todos los episodios son realmente buenos, pero hay algunos que son sencillamente perfectos. Además cuenta con una banda sonora ideal. Mención especial hay que hacer para los guionistas, que conseguían crear historias impactantes y morales, contadas al ritmo adecuado, con muchas incursiones de chistes de calidad. Nos enseñan a crecer por nosotros mismos, a luchar por lo que queremos y a ser fuertes. Y todo ello explotando al máximo un argumento que en principio era simple: un pobre de barrio se va a vivir con una familia rica. Los personajes están bien definidos, con personalidad propia, carismáticos, buenas actuaciones…

En conclusión

Imagino que, como todos, ya habrás visto muchos capítulos. Si no has visto El Príncipe de Bel Air no puedes tardar un segundo más a verla. Es la mejor serie de las de antes. Por muchos años que pasen, cada vez que la volvamos a ver, captará nuestra atención y nos hará soltar un sonrisa (si no una carcajada). Ideal para las tardes aburridas.

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