La economía en el continente ha mejorado mucho durante los últimos años, pero los beneficios se concentran en unos pocos y la gran mayoría pasa hambre. Por eso la paradoja de África: Crece y muere por igual. Veamos más detalles sobre este fenómeno.
África crece
La revista The Economist en Marzo de 2013 hizo una publicación especial bajo el título Un continente con esperanza. Sin embargo desde hace medio siglo estas regiones han sido desoladas por la guerra, el hambre y la corrupción. A pesar de todo África ha aparecido en las portadas de los periódicos positivamente y por ello el titular de la famosa revista. 20 países de África se encuentran entre los 25 países que más han crecido entre 2005 y 2013. Además han superado la crisis con un PIB del 6%, tanto naciones grandes como pequeñas, a excepción de Sudáfrica. Los buenos datos corresponden a la extracción de recursos energéticos y a la agricultura.
África: 1/3 pobres del mundo
Con todo lo que hemos contado África sigue siendo un país pobre. Lo más alarmante es el nivel de desnutrición, alcanzando el récord absoluto de 223 millones de personas en pobreza extrema y, aun más, 413 millones de personas pobres. Tanto es así que llegan noticias escalofriantes de lo mal que lo pasan. Millones de personas se aprietan el estómago con una cuerda, para no sentir el dolor del hambre, mucho más desagradable que la cuerda apretando.
¿Por qué esta paradoja?
La explicación es el mal reparto de los beneficios. Sólo unos pocos se enriquecen mientras la mayoría muere de hambre. África es el segundo país más desigual del planeta, por detrás de América Latina. Además esto supone un lastre importante para las economías, ya que las instituciones están envueltas en la corrupción y la capacidad de consumo cae en picado. Si continuamos con estos niveles para 2030 es muy posible que el 20% de los africanos estén condenados a la pobreza extrema. Y la región más afectada es el Cuerno de África.
Las guerras
A pesar de todo lo que hemos contado existe un mal aun peor que sigue azotando África: Las guerras. La falta de recursos merma la seguridad del continente. Lo peor de todo es ver a los niños obligados a convertirse en soldados o esclavos sexuales. Los grupos rebeldes, los utilizan para sus fines. Por ejemplo tenemos El Ejército del Señor (ERS), que lucha contra el gobierno para establecer un régimen teocrático. Pues las guerras aun azotan el continente y hacen muy difícil la ayuda humanitaria.