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Injusticia y robo al Málaga

    Injusticia y robo al Málaga

    Tras el 0-0 de la Rosadela, al Málaga le valía la victoria o el empate con goles frente al Borussia de Dortmund. Pellegrini había perdido a su padre, hace escasos días, y los jugadores querían dedicarle el pase a semifinales de la champions. El equipo, tras completar un soberbio partido, se presentaba en el descuento ganando 1-2… cuando llegó la injusticia y el robo.

    El Málaga llegó a Dortmund sabiendo que sería un partido que pasaría a la historia. El entrenador, Pellegrini, contaba con la experiencia de hace unos años, con el Villarreal. Riquelme falló un penalti en los últimos minutos que contribuyó a la eliminación en semifinales de otro equipo debutante. El submarino amarillo cayó cuando estaba rozando el pase a la final… Pero esta vez no podía volver a pasar.

    Se presentía un choque espeluznante entre dos equipos con unos números inapelables. Los gaditanos llegaban como el equipo menos goleado, mientras los alemanes no habían perdido un partido en esta competición. Ambos conjuntos tenían jugadores muy conocidos a nivel internacional, capaces de resolver un partido por sí solos, aunque no eran los máximos candidatos al triunfo final. Por parte del Málaga salieron con un 4-2-3-1: Caballero, Antunes, Demichelis, Sergio Sánchez, Jesús Gámez, Camacho, Toulalam, Duda, Isco, Joaquin y Baptista. Por contra, en el Borussia también salió con un 4-2-3-1: Weidenfeller, Piszczek, Subotic, Santana, Schmelzer, Gündogan, Bender, Blaszczykowsky, Götze, Reus y Lewandowski.

    El encuentro comenzó con alternativas en ambas porterías. Lewandowski intentó una vaselina muy peligrosa que rozó el poste. Joaquin, tras una pared con Isco, hizo un vertiginoso recorte en la frontal del área y remató por debajo de las piernas del defensa, fuerte, raso e inalcanzable para el arquero, ya que entró rozando el palo corto. El Borussia comenzó a atacar peligrosamente hasta que Reus hizo un excelente pase de tacón, a Lewandowski, que solo con Caballero lo recortó y marcó a placer. 1-1. En la última jugada del primer tiempo Joaquin remató de cabeza, al saque de una falta de Duda, pero Weidenfeller atrapó fácil.

    Ya en la segunda mitad Lewandowski provó a Caballero, pero el argentino atajó sin problemas. Entonces hubo dos jugadas seguidas de los españoles, muy peligrosas, por parte de Joaquin y Demichelis, ante las que tuvo que lucirse el guardameta alemán con sendas paradas, la segunda excelente a contrapié. Götze respondió en una volea, cuando estaba solo, pero envió desviado. Schmelzer cortó en falta una contra, recibiendo amarilla, y en la siguiente jugada hizo una agresión sobre Gámez, sin recibir castigo. Fue el propio Gámez quien recibió amarilla supuestamente por fingir. Toulalan también provó en un fuerte disparo que el portero rival sacó de puños. Reus remató en el área pequeña y Caballero respondió milagrosamente desviando a córner. El Dormund necesitaba un gol para pasar, pero el Málaga seguía creando peligro a la contra. En una de estas jugadas, Baptista solo con el portero, chutó a gol. Eliseu, en fuera de juego, empujó la pelota sobre la línea, pero el linier no paró la jugada y el gol subió al marcador. Los errores arbitrales se sucedieron de aquí al final del partido, ya que Craig Thomson dejó de pitar las faltas y sacar amarillas. Por ejemplo un defensa alemán cortó un pase con la mano, muy claro, sin ser amonestado. Pero el Málaga no tuvo oficio y ya en el descuento perdió un balón que Reus se encargó de introducir en la meta de Caballero tras un rechace. Aun, con el 2-2, el equipo español estaba clasificado, pero en el último minuto del añadido un centro, donde habían cuatro jugadores alemanes en fuera de juego, fue rematado por Rous y tras varios rechaces, con otro fuera de juego incluido, el defensa Santana empujó a las mallas. De esta manera injusta e ilegal, el equipo de Klopp avanza a semifinales.

    La afición llegó al grito de “Sí se puede” y estuvieron cantando durante todo el partido hasta que el sueño se rompió y su equipo cayó de la forma más cruel posible. Lágrimas, gritos y desolación. El tiempo se había parado. Nadie se lo podía creer. Joaquin apuntó a Platini como el culpable del robo. Al Thani, el jeque del Málaga, afirmó que esto no es fútbol, sino racismo. Pellegrini dijo textualmente “no pudimos o no nos dejaron”. La rabia del Málaga quedará para la historia.

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